En los años 70 y 80,  el Sana tenía muy buenos equipos de polo que casi siempre llegaban a la final de la Copa Intercolegial Santa Paula. La tradición era clara: todos los de secundaria íbamos a Palermo a alentar cada año.

Creo que era el año 83, y llegamos a la final contra el Champa.. Entre nuestros jugadores estaban cracks como los hermanos Zabaleta y el flaco Gaztambide, que después llegaron al mismísimo Abierto. Pero esa vez nos cruzamos con varios de los hermanos Heguy… y nos pasaron por arriba sin piedad.

Las tribunas estaban al rojo vivo: cantos y  amenazas desde el arranque. Y de repente, como dirían en Deportes en el recuerdo, “una sucesión de hechos bochornosos que empañan el polo argentino”. Las dos hinchadas terminamos metidas en la cancha, la Policía Militar repartiendo bastonazos y Fausto con los maristas gritando para que nos separáramos.

Resultado: fue la última vez que nos dejaron ir a ver polo.